sábado, 22 de noviembre de 2014

NAVIERA VIZCAINA, S.A.: ORTO Y OCASO.

Naviera Vizcaína S.A., fue fundada el 12 de Enero de 1.956 a iniciativa del Almirante D. Jesús María de Rotaeche y Rodriguez-Llamas, Marqués de Unzá del Valle, componiendo su base financiera los Bancos de Bilbao y Vizcaya, con una participación mayoritaria e igualitaria, que llegó, en 1.984, al 99,48% de su capital social.

Su objetivo fundacional, fue el construir una flota, que según las necesidades del momento y de las que fueran surgiendo en el futuro, pudiese colaborar en el desarrollo de una Marina Mercante Española moderna y eficaz.

Alte. D. Jesús Mª de Rotaeche
Fiel a su compromiso y a la política impuesta por su fundador, a lo largo de su historia, Naviera Vizcaína S.A.,  creó una flota diversificada, con buques petroleros, de carga general, frigoríficos, asfalteros, bulkcarriers, químicos, etc. poniendo especial énfasis en la profesionalidad y nivel técnico de sus tripulaciones.

En sus primeros veinte años de vida (1.956/1.977), construyó con destino a su flota propia 17 buques, número que supera la treintena si incluimos los correspondientes a sus Empresas participadas: NAVIERA QUIMICA, NAVIPESA, IBERBULK, IBERTANKES y UNIONBULK.
Dar como referencia 1.300.000 T.P.M. construidas para la propia Naviera en este período, no revela debidamente la importancia de ciertas unidades, como el “Portugalete” y el “Plencia”, cuando en realidad fueron  los mayores buques de carga refrigerada y los más veloces de la Flota Nacional.

Las importantes cifras de 17.000/20.000 millones de pesetas de inversiones en buques, no reflejan hoy día, por efecto  de la inflación, el volumen de la flota construida; como tampoco, y por el mismo motivo, lo son las cifras de 12/13.000 Millones de créditos navales obtenidos, créditos que fueron amortizados puntualmente a su vencimiento.

Complemento de la financiación crediticia de éste período, lo fueron también los desembolsos de los accionistas (862 millones de pesetas) y la autofinanciación generada (4.823 millones), gracias a una política de inversiones decidida en sacrificio de la retribución del capital, que en los más de 20 años en que se repartieron dividendos, en ningún caso lo fueron en porcentaje anual superior al ocho por ciento.

El año 1.978, Naviera Vizcaina era la Naviera Nacional con más tonelaje en servicio, cerca del millón y medio de T. P. M., pero a partir de ese año  y con un retraso de cuatro años respecto a otros países, la flota mercante española comenzó a sufrir las consecuencias de la crisis energética de 1.973, particularmente graves para la flota petrolera.

Las consecuencias de la crisis se   manifestaron, en ésta última, en una  constante reducción de consumo  de  productos  petrolíferos y consecuentemente  de  las  importaciones   de crudo, un acercamiento progresivo de las fuentes de aprovisionamiento  y particularmente en la flota petrolera española, la imprevisible irrupción de un millón de T.P.M. de buques cancelados en Astilleros nacionales, inicialmente contratados por Armadores extranjeros  y que fueron  incrustados en el mercado nacional a través de Empresas públicas, como REPSOL y la EMPRESA NACIONAL ELCANO. Estos buques, que sobraban en el mercado español de fletes, compitieron con ventaja  con otros tantos de navieras privadas españolas, 

El período 1978/83 se caracterizó por una lucha continua de los Armadores Nacionales por sobrevivir, intentando colocar sus buques en las refinerías españolas, porque por razones de costes de construcción y explotación, el mercado internacional les estaba vedado, amarrarlos para reducir drásticamente costos y/o venderlos al exterior en las condiciones menos malas posibles. La política de transporte marítimo del gobierno de la época (U.C.D.), fue nefasta para la Marina Mercante Española y todavía peor la de los gobiernos socialistas que vinieron con posterioridad, que con su equivocada política marítima y sus exigencias a través de los Sindicatos, hundieron irremisiblemente a la  mayoría de las Navieras Nacionales.

En este entorno, no es extraño que resultasen negativas las gestiones que se hicieron en Naviera Vizcaína para colocar en el mercado nacional a buques como el "Almirante Rotaeche", petrolero de 172.000 T.P.M., que llevaba dos años paralizado por falta de flete en los Astilleros Crinavis de Algeciras o el "Mundaca·, de 300.000 T.P.M., sustituido por su gemelo "Munguia" en el cumplimiento de su contrato con PETRONOR y todo ello a pesar de las ofertas límite realizadas, en las que las consecuencias derivadas de su explotación, venían a significar prácticamente las de su posible venta. Esta situación, obligaba a acometer una profunda reconversión de la Naviera buscando nuevos nichos y líneas de mercado.

D. Juan Maria Gómez Mariaca 
Con éste panorama, en Agosto de 1.983, falleció el Director Gerente de la Naviera, D. Fernando de Azqueta y Urigüen, persona con enorme vocación naviera, entusiasmo, amor por los barcos y con muchas conexiones en el mundo internacional del shipping, que fue sustituido por D. Juan María Gómez Mariaca, hasta entonces Secretario General, sin formación ni vocación naviera que se limitó, sin ideas propias, a aplicar la política que le iban imponiendo los Bancos accionistas. La pérdida del que había dirigido la Empresa desde su fundación, representó un antes y un después para Naviera Vizcaína.

Se determinó la necesidad de abordar en toda su amplitud el tema de saneamiento y reestructuración de la Naviera, escogiendo el camino más sencillo: el de las desinversiones.
Para ello se contaba en primer lugar con tres buques bajo contrato, "Munguia", "Ermua" y "Ea" y otro, el "Orduña", que aunque en el mercado spot, era rentable debido a su tamaño y continuidad operativa. Se realizaron mejoras tecnológicas para disminuir el consumo de todos los buques, como modificaciones y cambio de hélices, toberas en turbinas, bombas de inyección en motores, pinturas autopulimentantes, etc….Y para reducir aún más los costos, se hizo una reestructuración del personal de tierra   que afectó a cerca del 50% de la plantilla.

Se vendieron en el mercado internacional, a prisa y no siempre a un precio atractivo, los buques tanque "Marquina". "Almirante Rotaeche" y "Mundaca", debiendo destinar una parte importante del producto de estas ventas, a indemnizaciones del personal embarcado que como consecuencia de la venta de los buques, tuvo que abandonar la Naviera.

Estas ventas, no fueron suficientes para resolver el problema financiero de la Naviera y fue imprescindible que el accionariado aportase los fondos en la cuantía adecuada, facilitando además, en su condición de financiadores, tipos de interés preferencial y nuevos plazos en los créditos vencidos y pendientes de vencimiento.

Por acuerdo del Consejo de Administración, se encargó un Plan de Viabilidad de la Naviera al Profesor Antonio Freije, Decano de la Facultad Comercial de la Universidad de Deusto.

Se realizó una reestructuración financiera de la Empresa en dos etapas: la primera en Octubre de 1.984, mediante una disminución del Capital Social por valor de 911 millones de pesetas, seguida de una ampliación de capital de 2.025 millones; y una segunda etapa, en Julio de 1.985, con una nueva disminución del capital social de 1.063 millones, seguida de una ampliación de 793 millones de pesetas. De esta manera, los Bancos de Bilbao y de Vizcaya, únicos accionistas que acudieron a las dos ampliaciones de capital, pasaron a poseer conjuntamente, del 80,5% del capital, al 99,46% de las acciones.

B/T "Munguia"
Con esta operación financiera, junto a los importantes logros alcanzados por las modificaciones tecnológicas introducidas en los buques, entre las que es de resaltar los extraordinarios ahorros de combustible logrados en el buque "Munguia" al instalarle la hélice TVF, a finales de 1.987 se había logrado amortizar créditos  por valor de 6.635 millones de pesetas, unos fondos generados en explotación de 1.977 millones y una mejora del circulante neto de 1.077 millones de pesetas, hasta la consecución de un balance financiero saneado, a partir del cual, la Naviera volvió a dar beneficios importantes.

Bulkcarrier "Urduliz"
En 1.988, se aumentó la flota con la adquisición del "Urduliz", bulkcarrier de 106.000 T.P.M. y ése mismo año, Petronor, fletador del buque "Munguia", petrolero de 300.000 T.P.M., pidió su sustitución, dentro del mismo contrato en vigor, por dos buques de 130.000 T.P.M., procediéndose a la venta del buque en el mercado internacional y a la compra, por imposición de los Bancos accionistas, de los buques petroleros de Naviera Artola, en fase de liquidación, "Iranzu" y "Tavira"de 130.000 T.P.M. cada uno, que pasaron a la Naviera Vizcaína con los nombres de “Izurza" e "Ispaster"”, compra que benefició a los bancos al resarcirse de esta manera de las deudas que Naviera Artola tenía contraídas con ellos, pero que perjudicó a la Naviera por tratarse de buques con muchos problemas técnicos  a los que hubo que destinar importantes cantidades para ponerlos operativos. Previamente, la Naviera tenía otras opciones de compra, con buques más baratos y mucho mejor mantenidos.
B/T Izurza

Cuando la Naviera veía ya su camino despejado y con gran esperanza de futuro, la unión de los dos bancos accionistas, cristalizaron en el Banco Bilbao Vizcaya (BBV), que al año siguiente y con ocasión de la primera salida a bolsa de parte de las acciones de REPSOL, el nuevo banco BBV, presidido por D. Pedro Toledo, cedió todas sus acciones de Naviera Vizcaína a REPSOL,  junto con toda su participación en PETRONOR  y GENERAL QUIMICA a cambio de una importante participación en el capital de REPSOL.

Fue un magnífico negocio para el nuevo Banco, pero ése día se había firmado la sentencia de muerte de la Naviera: se había pasado de ser una Empresa Naviera privada, la de mayor tonelaje de España, cuyo único negocio era el transporte marítimo, a pertenecer a un Grupo Petrolero público, cuyo negocio era la exploración, extracción, refino y comercialización del petróleo y donde el transporte marítimo representaba una parte poco importante en el conjunto de la Empresa.

Los Bancos accionista, hicieron un gran negocio con Naviera Vizcaína, pero España, perdió una de las Navieras más importantes de su historia.

A principios de los noventa,pocos años después, Repsol decidió no disponer de Flota propia para evitar pagar cuantiosas indemnizaciones a causa de posibles accidentes contaminantes y liquidó la Naviera, vendiendo en el mercado internacional todos sus buques: Naviera Vizcaina había desaparecido.
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Fuentes: Archivo personal JFA.

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